La alta costura, el término preferido en español para aludir a los entresijos del haute couture, es ese terreno de la moda donde los vestidos y los trajes transcienden lo meramente ornamental.
¿Qué es el haute couture?
Lo que hace a la alta costura verdaderamente especial es su proceso artesanal, un meticuloso trabajo hecho por costureros de amplia experiencia que prestan atención a cada detalle. Cada pieza se confecciona a mano, con horas dedicadas a embellecer cada centímetro, desde los bordados hasta el ajuste perfecto. Las máquinas de coser apenas tienen espacio en este mundo, donde cada puntada es una obra maestra. Además, solo las telas de la más alta calidad tienen razón de ser: sedas, cashmere, encajes y brocados se transforman en prendas exclusivas, diseñadas para encarnar el lujo absoluto. Para ser parte de este exclusivo mundo los diseñadores deben cumplir una serie de requisitos propuestos por la Chambre Syndicale de la Haute Couture, organismo encargado de su regulación.
Haute couture vs. prêt-à-porter
El haute couture y el prêt-à-porter representan dos facetas, que suelen confundirse, muy diferentes de la moda. El haute couture se refiere a prendas exclusivas, hechas a medida para clientes específicos, confeccionadas a mano con técnicas artesanales y materiales de altísima calidad. Es el máximo lujo y está regulada por la FHCM. En contraste, el prêt-à-porter (del francés “listo para usar”) es moda producida en serie y disponible en tiendas situadas en diferentes enclaves, diseñada para ser accesible a un público más amplio y no tiene la exclusividad ni el grado de personalización de la alta costura.
Historia de la alta costura
La historia de la alta costura es un relato fascinante que comenzó a tejerse en el París del siglo XIX, la capital indiscutible de la moda, cuando un visionario británico, Charles Frederick Worth, fundó el primer atelier en 1858 en el número 7 de la Rue de la Paix. Worth, considerado el padre de la alta costura, no solo creó piezas deslumbrantes, sino que también estableció las reglas del juego: él fue el primero en diseñar colecciones y presentarlas en desfiles privados para una minorité sélecte. Desde entonces, la alta costura no ha sido solo ropa; ha sido un símbolo de estatus, arte y una conexión entre el diseñador y la élite.
En 1973, se puso en marcha la Fédération de la Haute Couture et de la Mode (FHCM), una organización clave en la promoción de la cultura de la moda francesa. Las Fashion Weeks, celebradas bianualmente en las grandes capitales de la moda como París, Nueva York, Milán y Londres, son el escaparate perfecto para mostrar las últimas tendencias de haute couture. Según la FHCM, el próximo evento tendrá lugar entre el 23 de septiembre el 1 de octubre de 2024 en las dependencias del Palais de Tokyo en París.
Los grandes nombres de la alta costura
Durante las décadas doradas del siglo XX, couturiers como Coco Chanel, Yves Saint Laurent o Christian Dior elevaron la alta costura a un nivel de excepción, cada uno dejando su sello imborrable en la industria. Chanel rompió moldes con su estilo elegante pero relajado, mientras Dior revolucionó la moda femenina con su icónico New Look en 1947, un derroche de feminidad y lujo en plena posguerra. Saint Laurent, por su parte, trajo la modernidad con su atrevida incorporación de piezas masculinas al guardarropa femenino, mostrando que la alta costura podía ser tanto un símbolo de empoderamiento como de glamour.
Más allá de la moda, la alta costura es una exhibición de arte viva, una disciplina sin límites que sigue evolucionando con la creatividad desenfrenada de los diseñadores contemporáneos. Hoy, la tradición se entrelaza con la innovación, donde nombres como Giambattista Valli o Iris van Herpen desafían las normas de lo convencional con estructuras arquitectónicas y técnicas vanguardistas, demostrando que la costura, en definitiva, no tiene límites.
Alta costura contemporánea
Innovación y tecnología
Aunque a menudo se asocia con un pasado glamoroso y casi intocable, la alta costura de hoy se reinventa continuamente, desafiando las nociones tradicionales de lo que significa el lujo. Lejos de ser una mera continuación de los vestigios del pasado, la alta costura hoy representa un laboratorio de experimentación estética y técnica, en el que los diseñadores exploran nuevas formas, texturas y conceptos. En la actualidad, la alta costura es sinónimo de vanguardia, donde el uso de tecnologías punteras, como la impresión 3D y la inteligencia artificial con los tejidos inteligentes, se fusiona con las técnicas artesanales más antiguas. Esta integración de lo digital y lo manual refleja la capacidad de la alta costura para evolucionar sin perder de vista su esencia.
Narrativas visuales
Pero más allá de la innovación técnica, la alta costura contemporánea también es un espacio de narrativa visual. Cada colección cuenta una historia, y los défilés de mode se han convertido en genuinas representaciones teatrales. Gucci, por ejemplo, ha llevado la alta costura a planos más conceptuales, haciendo de la vestimenta un medio de expresión filosófica y artística. Los diseñadores contemporáneos utilizan las pasarelas para hablar sobre identidad, sostenibilidad y el futuro de la moda, aportando una profundidad inédita a sus creaciones. A pesar de su mirada hacia el futuro, la alta costura sigue aferrada a su exclusividad. Pocos tienen acceso a este mundo cerrado, donde cada prenda se confecciona a medida para un selecto grupo de clientes.
Sostenibilidad y desafíos futuros
La alta costura contemporánea ha sabido adaptarse a las exigencias de una nueva generación que valora tanto el savoir faire como la sostenibilidad, sin renunciar a su promesa original: ser la cúspide del arte y el lujo en el universo de la moda. En esta nueva era, diseñadores como Pierpaolo Piccioli en Valentino y Daniel Roseberry en Schiaparelli transforman la pasarela en una auténtica experiencia sensorial. Code Temporal, la colección de primavera 2021 del director creativo de Valentino, presentada en la majestuosa Sala Grande de la Galería Colonna, simboliza perfectamente esta fusión entre el clasicismo y el futurismo, donde los volúmenes exagerados y las plataformas vertiginosas desafían las normas de lo puramente convencional. A pesar de esta evolución, la alta costura sigue siendo un símbolo de la artesanía más pura: prendas hechas a mano, elaboradas con telas inusuales y creadas para clientes en pos de piezas únicas.
¿Quieres aprender a dirigir empresas de moda?
Si quieres especializarte en este ámbito de la moda, no dudes en matricularte en nuestro programa MBA en Dirección de Empresas de Moda y adquirir las habilidades más demandadas del sector. Nuestra escuela, Esden Business School, está posicionada como un centro líder de formación en esta especialidad.